viernes, 17 de julio de 2009

un cuento para no llevar

Un vuelco al corazón en un instante. El celular es la vía para un anuncio que me estremece. Las palabras no salen bien, las manos son torpes, las zapatillas: un estorbo.

¿Dónde está mi hijo? ¿Quién se lo llevó?

Como nunca, los carros son lentos. Los semáforos traicionan. Maldigo. Y otra llamada disminuye el temblor al volante. Acá me lo traen. Ven.

Tragicomedia, ironía latente. Faltan más días para la opresión en el pecho, para las lágrimas. Más días para mirar si la luz del teléfono es una señal para la sonrisa o el desencanto.

Y entonces quisiera irme, pero la princesa y el pequeñito me abrazan...

No hay comentarios: