lunes, 25 de agosto de 2008

días

La blusa rosa bien doblada sobre la cama. A un lado: gel, desodorante, cepillo y un broche para adornar el cabello. El ritual se realiza cada noche. En la mesa hay un vaso con agua helada, que lleva a sus labios de un solo trago. Entra y salde del cuarto, busca los zapatos y el boleador como le dice. Va al patio para ver si se han secado los calzones. Regresa y orden su mochila. Vuelve a salir para confirmar si adentro del carro se quedaron unos cuadernos.

Mi café está en su punto. Hojeo un libro sobre géneros periodísticos, luego me voy a un ensayo de Eve, tomo un papel y sumo mis deudas, deseando aplicar la resta. Hay 12 plumas en el lapicero y la música es de Bach. Hay otro cuarto y otra alma. Y otra, pero ésta pasea sus pies en otras calles, empredradas casi siempre. Viaja en el humo. Sus ojos de niño siguen ahi.

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