miércoles, 27 de agosto de 2008

gotas

El chorro de agua sobre el parabrisas nos colmó de risas. La carretera limpia, acariciada por el viento fresco fue un puente para llegar al cálido silencio del campo, invadido por el sonido de los autos con otras rutas. Jugamos a portarnos mal y en la oficina se preguntaban si tardaría mucho la reunión. Va, siempre hay pendientes. La colita del ciclón en nuestro entorno era grata, un escape, un alivio, un encuentro.

Más lluvia por favor.

1 comentario:

Anónimo dijo...

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