jueves, 6 de mayo de 2010

Es necesario cambiar de actitud frente a lo que acontece en nuestra vida diaria


Obra no expuesta sobre el caso ABC: Mis hijos, bolsa de nylon y estamalte de Natchío


ENTREVISTA CON IGNACIO CASTILLO ARVAYO
Realizada como apoyo a la página de periodismo social promovida por alumnos del octavo semestre de la Licenciatura en Periodismo de la Universidad Kino, clase Periodismo cultural. El link en el título del texto.


Por Alejandra Olay
Uno es su obra y a su vez producto del contexto, dice Ignacio Castillo Arvayo Natchío, sobre el compromiso social del arte, a propósito de su participación en el Movimiento 5 de junio y esa trayectoria que trae encima como artista visual y maestro de tiempo completo en la escuela de Comunicación de la Universidad de Sonora.
Coordinador de Artes Visuales en el Instituto Sonorense de Cultura desde hace unas semanas, al Natchío se le encuentra siempre. En facebook (donde cuenta con 4,862 amigos a la fecha); en twitter (con 173 seguidores) y en los demás medios convencionales, que han permitido saberle activo, solidario, analítico.
El incendio de la guardería ABC el 5 de junio de 2009, con el saldo de 49 niños muertos y sobrevivientes que sufrirán los secuelas de por vida, marco un parteaguas en la sociedad sonorense. A partir de entonces la vida cambió para muchos, quizás para todos, pero lo cierto es que sólo algunos se han sumado en cuerpo y alma en la búsqueda de justicia, en la construcción de una sociedad civil participativa, fraterna, blindada ante la mezquindad y el poder. Enseguida el sentir de uno de ellos, el Natchío, además de caricaturista, pintor, fotógrafo y maestro, ciudadano.

¿Cómo era Ignacio Castillo Arvayo antes del 5 de junio de 2009? ¿Cómo es ahora?
Mi trabajo e interés siempre ha sido orientado a la formación de nuevas generaciones, preocupación sobre todo por los más pequeños. Alguna vez trabajé en la producción de programas televisivos para niños o en publicaciones dirigidas al mismo público, con contenidos formativos sobre el tema ecológico, arte, creatividad, ciencia, etcétera. Justo ese mismo día me encontraba diseñando un proyecto de formación integral dirigido a los niños y la noticia me impactó sobremanera. La visión sobre la seguridad de los espacios está presente todos los días. El detalle de la preocupación y ocupación sobre el respeto y apoyo a los infantes consume ahora mi tiempo cuando antes dedicaba solo una parte de mi trabajo.

¿Por qué? ¿Cómo es que te involucras en el movimiento 5 de junio?
Desde los primeros días, un grupo de amigos y un servidor nos coordinamos para aportar alimentos a las familias que se encontraban en hospitales, desorientadas y en shock por la tragedia. Nos dimos cuenta además, cómo iban falleciendo los niños que estaban en hospitales, algunos hijos de amistades de ese primer grupo de apoyo. Luego ya vino la movilización ciudadana histórica en la ciudad. Creo que no hubo otro movimiento social tan grande desde el 67, incluyendo la movilización de universitarios el 91.
Mi trabajo consistió en documentar en fotografías las acciones que la ciudadanía realizaba, un documento histórico importante, motivo de discusión académica en la escuela de comunicación de la Universidad de Sonora.
También apoyamos en redes sociales, la idea era informar a la población de los hechos, sacar la información oculta, descifrar y exhibir la estrategia de comunicación del gobierno de Eduardo Bours para minimizar los hechos, algo francamente humillante para los familiares de las víctimas.
En otro momento, las acciones artísticas estuvieron presentes, aunque no era mi trabajo hubo alguna aportación en ese sentido.

¿Qué opinas de los artistas en particular y de la comunidad en general que no ha tomado una postura sobre esta tragedia?
Es respetable y entendible, aunque no quiere decir que esté de acuerdo. Parte de las costumbres sonorenses es la falta de participación cívica, contra eso es difícil luchar de un día para otro. Aunado a ello, el abordaje del tema que es netamente humano se fue convirtiendo en político, es entonces donde las cosas se polarizaron, se distorsionaron, donde disminuyó la participación; la gente se olvidó que había padres sufriendo la pérdida dolorosa de sus hijos, se olvidó de un hecho que no se debe repetir. Creo que los hermosillenses no hemos aprendido de los hechos, debimos habernos convertido en previsores, en detallistas de las acciones, voltear a ver a nuestros hijos con más respeto.

A tu parecer, ¿quiénes son culpables de esta tragedia?
Culpables podemos ser todos por permitir que la tranza sea parte de nuestras acciones. La vista más clara de culpabilidad la ha arrojado la investigación que ordenó la Suprema Corte de Justicia, en ella se mencionan las responsabilidades tanto de funcionarios públicos como de las condiciones del funcionamiento de la guardería ABC (sin mencionar los nombres de los socios). Con eso podría quedarme pero creo que es necesario cambiar nuestra actitud frente a lo que acontece en nuestra vida diaria, que acciones nos benefician, que acciones nos perjudican, que podemos hacer para que el espacio que habitamos sea mejor.

¿Has trabajado sobre alguna serie plástica en particular sobre el tema?Si, son siete piezas que se elaboraron en estos meses. Me duele verlas porque de inmediato me recuerdan los hechos del 5 de junio.

¿Qué opinas del seguimiento del caso en los medios locales?
Superficial, pobre; no permanece lo humano sino lo político. No hay aportación de los medios al tema, solo cubren acciones, no hay investigación.


¿Cuál ha sido el efecto de los Juicios Ciudadanos? ¿Es una estrategia que podría aplicarse en otros casos?

La idea del juicio ciudadano está fundamentada en la ley, considero que es muy buen ejercicio. Permite informar y pulsar la percepción de la gente sobre el tema, en este caso la tragedia del 5 de junio. Mi opinión es que debe de analizarse en cuáles casos podría realizarse de tal manera que la gente se interese en participar. El exceso puede olvidar el origen del ejercicio o puede aprovecharse con intereses políticos.

Desde hace tiempo te ha interesado indagar, explorar y hacer uso de las redes sociales, ¿de qué forma has aportado y te han aportado dichos medios como artista y ciudadano común?
Las redes sociales son un medio de comunicación muy importante en la dinámica social actual. Acceder a ellas ofrece un escaparate de comunicación personal donde tienes la certeza de lectura, impacto y retroalimentación. Para el caso de la tragedia del 5 de junio y posteriores días, las redes sociales fueron una herramienta de comunicación muy importante. Permitieron informar y expresar lo que quizá no se hace en las calles.
De manera personal, ha sido un canal de comunicación con personas de diferentes partes del mundo, es base importante de mi trabajo, puedo escribir, compartir imágenes de mis obras, conocer opiniones. Soy egresado de una licenciatura en comunicación, no puedo dejar de investigar sobre el tema y aprovechar el camino.

¿Consideras que el arte debe llevar implícito un compromiso social?

Es a completa libertad, trabajas a veces por temas donde no necesariamente implica una visión crítica del contexto. Finalmente uno es su obra y a su vez producto del contexto. Uno expone y se expone. Pero sí, el compromiso social debe ser crear, aportar en contenido, estética. De manera personal, respeto todas las formas de expresión. Referente al 5 de junio, hubo poco trabajo artístico con ese tema, conozco pocas obras producto de la reflexión sobre la tragedia, no es obligación, habría que conocer la opinión de los artistas al respecto.

¿Ha pasado por tu mente rendirte?
Yo todavía tengo esperanza de cambios sociales profundos, creo en el ser humano, aquí no se trata solo de teorizar sino de llevar a cabo la acción, aportar; trabajar para que las cosas sucedan; de no entrar en conflicto, de mediar; de generar cambios positivos alrededor lo cual te va a beneficiar a ti mismo. No entiendo las cosas de otra forma.

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